Terapias de Reiki
TERAPIAS REIKI
¿Que recibes durante una terapia de Reiki?
Durante la terapia de Reiki recibes…
Primero que todo, el Terapeuta eleva una oración al Creador pidiendo por ti, por tu salud, por sanar y armonizar la situación que te motiva a ir a la terapia.
Segundo, se te realiza una limpieza energética del aura, eliminando de esta manera toda esa “suciedad” que se nos van pegando durante el día a día. ¿A que nos referimos con “suciedad”? Todas esas energías negativas que a la que estamos expuestos o generamos en nuestros día a día, por ejemplo: Envidias, rabias que podemos generar en otros o en nosotros mismos, discusiones, estrés, entidades energéticas, gusanos, larvas, etc… que afectan el flujo armónico de las energías del cuerpo ocasionando algunos malestares y no permitiendo el desenvolvimiento correcto del ser.
Tercero, la terapia de Reiki propiamente dicha.
Cuarto, activación y armonización de los chakras
Una sesión de Reiki puede durar aproximadamente 45 minutos, aunque puede llegar a 90 o 120 minutos y el paciente permanecerá acostado en una camilla, descalzo y vestido. Durante la sesión se utiliza música suave y aromas como incienso o esencias (aromaterapia).
Se colocan las manos sobre una serie de ubicaciones en el cuerpo permitiendo que la energía fluya.
Durante un tratamiento, se siente una relajación profunda, una gran sensación de paz. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada en el resultado final, algunas sienten un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del cuerpo según fluye la energía, otras personas ven colores, experimentan una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie y otras no sienten nada y no por ello el Reiki no está funcionando.
Se aumentan tu energía y tus ánimos, dándote un punto de vista más positivo sobre la vida. Situaciones anteriores de estrés parecen no preocuparte como antes.
Cada persona responde al tratamiento de una manera distinta. Cuanto más largo sea un tratamiento de Reiki más completos y duraderos serán sus efectos. Una sesión, por ejemplo, actúa sobre las consecuencias y resuelve problemas puntuales. Por el contrario, el Reiki aplicado planificadamente y sin prisas se orienta hacia la causa de los males y armoniza al individuo y su globalidad.
Alguien puede visitar a un reikista para curarse de una dolencia y al final del tratamiento haber cambiado totalmente de comportamiento, de modo de pensar o de forma de relacionarse con los demás. Esto se debe al reequilibrio emocional y mental que Reiki produce.